Antigua Iglesia de San Francisco, hoy perteneciente al Convento de los Capuchinos (Salamanca)

Ver Salamanca (vía):

La Capilla de San Francisco es una iglesia de mediados del siglo XVIII de estilo barroco.

Esta iglesia perteneció al Convento de San Francisco el Real, que ya no existe como tal.

En su interior, de una única nave, destaca el espectacular retablo en el altar mayor, que está custodiado por seis altares laterales.

Actualmente la capilla pertenece al Convento de los Capuchinos.

Como podemos ver, la puerta tiene una estatua de San Luis y dos figuras femeninas, una a cada lado.

Aquí se puede ver más claramente la parte superior de la fachada:

La portada es de un barroco muy elegante, conteniendo columnas estriadas y anillas o bocelones a su alrededor, lo que indica una época avanzada. La puerta de acceso, con molduras formando curvas, contra curvas y semicírculos y conteniendo en su interior abundante decoración y escudos, tiene encima un rico entablamento saliente, sobre el que hay una hornacina que guarda la imagen del rey Fernando III el Santo (patrono de la Orden Tercera de San Francisco) y a los costados de esta salientes mascarones con figuras femeninas. Remata esta portada un frontón partido y el escudo de la Orden.

Las obras las comenzó Andrés García de Quiñones pero las terminó Simón Gabilán Tome.

Un poco más de información de su historia:

El convento de San Francisco el Real o de los Padres Capuchinos de Salamanca es un edificio religioso que comenzó a construirse en el siglo XIII en estilo gótico como convento de San Francisco el Real (cenobio de la Tercera Orden de San Francisco). A mediados del siglo XVIII y con proyecto de Andrés García de Quiñones se construyó la capilla de la Tercera Orden de San Francisco.

El convento es fundado en el año 1231 en la antigua ermita de San Hilario. Los capuchinos llegaron a Salamanca en 1614 y aquí permanecieron hasta la exclaustración de 1835.

Tras las desamortizaciones del siglo XIX solo se conservan la capilla de la Venerable Orden Tercera y restos del ábside de la primitiva iglesia.

La capilla es sede canónica de la Seráfica Hermandad de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Agonía.

En el interior los recargadísimos altares churriguerescos tramiten una grata impresión de unidad. Los sietes retablos son de piedra, labrados en el mismo muro, situándose tres en cada lateral y uno en la cabecera. En el retablo mayor se encuentra una talla del Cristo de la Agonía, obra hecha en madera de nogal por el escultor abulense Bernardo Pérez de Robles, terciario franciscano, en 1.671. Aun se puede observar restos de la policromía que cubría la cara interior de los arcos. Este color en principio rojo y azul, se aplica para decorar los arcos después de que González de Herrera mariscal de Castilla, corriese con los gastos de la reconstrucción de la capilla.

La iglesia, está dedicada a San Fernando; fue construida en el solar donde se alzaba uno de los conjuntos monumentales más importante de Salamanca, con edificaciones como el Convento de San Francisco el Real,, había sido fundado en 1.231 por el infante D. Fabrique, era una iglesia muy grande, de tres naves con cinco tramos de bóveda, un crucero cuyos arcos achaflanados surgían sobre grupos de a tres columnas y sus bóvedas eran de tercelete y combados arrancados estos últimos en cabezas humanas sobre las claves de los arcos. La Iglesia románica de San Simón y San Judas, el Monasterio cisterciense de San Antonio y la Iglesia románica de Santa María la Nueva, denominada así tras la restauración de la Iglesia de Santa María de los Caballeros.

Una iglesia que merece la pena visitar.

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