Castillo de Almodóvar del Río

Castillo de Almodóvar del Río, Córdoba.
«En el siglo IX, Almodóvar del Río se conoce como Almudawar Al-Adna. Durante el siglo X estuvo totalmente vinculado al Califato de Córdoba, pasando a pertenecer en los siglos XI y XII a la Taifa de Carmona, posteriormente a la Taifa de Sevilla, y por último al imperio Almohade.
El Rey Moro Abed Mohammed de Baeza muere a las puertas del Castillo en el año 1226, año en el que la fortaleza cae en manos cristianas al ser entregada a Fernando III “El Santo”. Desde entonces el castillo será sometido a sucesivas ampliaciones por los Reyes castellanos D. Pedro I de Castilla y Enrique II de Trastámara. Tanto Alfonso XI el Justiciero, como Pedro I el Cruel, también intervienen en dichas ampliaciones.
El castillo de Almodóvar ha sido testigo de muchos acontecimientos a lo largo de su historia.
Sus muros han servido de prisión a Doña Juana de Lara (esposa del infante D. Tello, hermanastro del Rey Pedro I), de custodia de los tesoros de Castilla, y sus mazmorras han sido testigo de la agonía de prisioneros ilustres como el I Duque de Benavente.»
Las fotos ilustran la dificultad de ascensión para llegar al castillo, que sería aún mayor si un ejército enemigo intentase conquistarlo.

Castillo de Catalañazor, Soria

El Castillo de Catalañazor en Soria, se remonta al siglo XIV o XV,  en la torre del homenaje se distingan algunas piedras aparejadas al modo árabe que hablan de un origen anterior.  El castillo-palacio fue solar de los Padilla y en él nacieron varios de sus destacados miembros.
La torre del homenaje fue objeto de una somera restauración relativamente reciente; es el único elemento que presenta algún detalle de interés, como la sillería de sus esquinas o la ventana gótica que se abre en uno de sus paramentos. Los lienzos de esta torre, como todo lo demás, son de mampostería.
Resisten en pie dos cubos y varios tambores de la muralla circundante. Es visible también el foso que lo aislaba y defendía por el lado de la población, siendo una villa amurallada.

Castillo-Iglesia de Turégano (Segovia)

La dicotomía defensiva-religiosa de este singular edificio ha provocado numerosas hipótesis sobre su origen y evolución, aunque en la actualidad se conoce bastante bien su secuencia histórica.
Se ha especulado con que el cerro de Turégano fuera una antiguo fuerte de época protohistorica. Siguiendo esta hipótesis, arévacos, romanos, árabes y primeros castellanos aprovecharían este castro como lugar de defensa.
Lo que sí es seguro es que en el siglo XII, y tras la donación de la comarca por Dña. Urraca a los obispos de Segovia, D. Pedro Arías  Dávila o alguno de sus sucesores erige en lo alto del cerro una iglesia románica dedicada a San Miguel, de tres naves y cabecera tripartita con torre sobre el crucero.

Hasta la segunda mitad del XV no es cuando el edificio religioso original sufre la transformación: la construcción  de una fortaleza rodeando la antigua iglesia y ocultándola exteriormente. Ya en el siglo XVI se modificó el frontis(portada) de acceso a la iglesia además de las dos torres que la flanquean.

La antigua estructura románica de la iglesia de San Miguel sólo se aprecia en su interior , que consta de tres naves de cinco tramos algo irregulares, sin transepto, que encajan en una cabecera con tres ábsides semicirculares precedidos de sus respectivos presbiterios.

La fortificación tardomedieval (siglo XV) que presenta numerosos elementos defensivos, muestra gran interés porque en el exterior de la fortificación se conservan restos del antiguos recinto musulmán con torres construidas con tapial. El castillo de planta rectangular con dos recintos amurallados: el primer recinto, a modo de barbacana presenta una altura claramente inferior y cuenta con su camino de ronda y en cuyas almenas se abren en alternancia saeteras defensivas y, el segundo recinto, se compone en un extremo de una enorme torre del homenaje y en otro de una muralla con seis torres macizas y circulares. Todo ello levantado sobre la iglesia románica.

Las torres circulares presentan modillones entremezclados con la típica decoración de bolas de fines del XV mientras que la torre principal está recorrida completamente por ladroneras y balcones con matacanes de carácter defensivo pero que también sirven para  decorar sus recios muros. La portada románica de la iglesia flanqueada por dos de las seis torres circulares es una de las imágenes más bonitas del castillo.

(Fuentes: arteguias.com; http://jcdonceld.blogspot.com.es/ )