Convento de la Merced: Portada (Trujillo)

el estudio histórico arqueológico visado por un arqueólogo colegiado y que estamos ante «una singular propiedad ideal para su rehabilitación integral y transformación en vivienda-palacio de indudable interés y categoría». Y es que en él se conservan en bastante buen estado su fachada de estilo barroco y diversos escudos, así como lapidas funerarias del siglo XVIII. Quien se aloje o resida en este lugar debe saber que fue en sus orígenes la iglesia conventual de la Orden de la Merced, que se instaló en Trujillo en 1602, trasladándose a este convento pocos años después, en torno a 1620, que según el cronista oficial de Trujillo, José Antonio Ramos, es cuando concluyeron las obras.

Mercedarios ilustres como el escritor fray Gabriel Téllez, más conocido como Tirso de Molina, fue comendador del convento. Pero fue en 1809 cuando, tras la invasión francesa a Trujillo, el convento sufre grandes desperfectos y ya fue difícil retomar en él la vida de los mercedarios. Sin embargo, este edificio singular no se encuentra entre las edificaciones que la Junta de Extremadura cataloga como Bien de Interés Cultural, a pesar de que desde distintas instancias se considera que cuenta con méritos suficientes para ello. Según el director de la Academia de Extremadura de las Artes y las Letras, Javier Pizarro, aunque la institución tomó hace algún tiempo la iniciativa para, junto al Ayuntamiento de Trujillo, instar a la Junta al inicio del trámite, «de momento no hay nada sobre la mesa», asegura.

El estado actual del edificio no es muy bueno por lo que sería necesario que tuviera algún tipo de protección y que se llevasen a cabo ciertas actuaciones para su mantenimiento. Actualmente, además, está en proceso de venta.

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