Capilla del Doncel (Catedral de Sigüenza)

Ya hemos tratado al Doncel en anteriores entradas (1, 2, 3) pero la Capilla que lleva su nombre es un mausoleo familiar en el que están enterrados sus padres, su abuelo y su hermano Fernando, que es el que mandó construir esta Capilla.

Evidentemente, la joya es la tumba del Doncel que constituye una de las obras en las que se representa mejor la evolución de la Baja Edad Media al Renacimiento, aunque se clasifique como “gótico tardío”. Encima de la estatua de Don Martín Vázquez de Arce, hay una inscripción que dice:

Aquí yaze martí vasques de arce – cauallero de la orden de sanctiago – q mataron los moros socorriendo – el muy yllustre señor duque del ifantadgo su señor – a cierta gente de jahén a la acequa – gorda en la vega de granada – cobro en la hora su cuerpo fernando de arce su padre – y sepultolo en esta su capilla – año MCCCCLXXXVI. Este año se tomaron la ciudad de loxa. – Las villas de illora mocli y mote frio – por cercos en q padre y hijo se allaron”.

En el centro del sarcófago hay dos pajes sosteniendo el escudo de armas del caballero. Él tiene su armadura puesta con el símbolo del la Orden de Santiago en el pecho, de la cuál era comendador. Esta orden religiosa y militar estuvo muy activa durante la reconquista y sus cruz hoy está especialmente vinculada a la región de Galicia.

Cuando hizo su testamento (que data de 1497), dice ser él y su mujer “vezinos de Sigüenza”, un año después de morir su hijo, aunque su testamento lo redactó y dictó “en la ciudad de Guadalajara, en una cámara de la casa de dicho comendador…”. El codicilo que lo completó, hecho el 11 de enero de 1504, ya cuando se veía morir, lo redactó en Sigüenza, donde entonces vivía. Sus propiedades estaban todas en la tierra del alto Henares: allí tenían algunas heredades en Palazuelos, en Molino de la Torre, en Mojares y en Horna. También sus “casas de morada” en Sigüenza, y algunas tierras en su término. Martín Vázquez entró desde muy pequeño como paje o “familiar” a ser educado en la casa de los Mendoza, en Guadalajara, en la Corte del primer duque del Infantado, Diego Hurtado de Mendoza, siguiendo luego junto a su heredero primogénito, Iñigo López, segundo duque.

Pero eso no hace que el resto no deban examinarse.

En primer lugar, y en medio de la estancia, se encuentra el monumento funerario de los padres del Doncel, D. Fernando de Arce y doña Catalina de Sosa, de estilo renacimiento. Como era típico en ese momento, a la mujer se la representa con un rosario entre las manos y al hombre con una espada.

Él era comendador de Montijo, de la Orden de Santiago, y oficiaba tanto de mílite como de burócrata, ambas cosas en la Corte de la Casa del Infantado, en Guadalajara. Fernando de Arce fue secretario con el segundo duque del Infantado, y por ello tenía casa en Guadalajara, en la parte baja de la ciudad.

En la parte más próxima al altar de la capilla, se encuentran tres pajes que sostienen los escudos de armas de ambos padres y, todo el conjunto se apoya en tres leones, símbolos de eternidad, iguales que los que sostienen el propio sepulcro del Doncel.

El techo de la capilla es aún gótico como podemos observar en la foto anterior: la bóveda de crucería:

La bóveda de crucería es un tipo de bóveda característico de la arquitectura gótica que recibe este nombre porque está conformada por el cruce, o intersección, de dos bóvedas de cañón apuntado. A diferencia de la bóveda de arista, la de crucería se caracteriza por estar reforzada por dos o más nervios diagonales que se cruzan en la clave, generalmente. La bóveda de crucería se considera uno de los tres elementos distintivos de la arquitectura gótica, junto con el Arco Apuntado y el arbotante.

La bóveda de crucería consta de dos elementos: los arcos que constituyen su armazón, o esqueleto, y los paños o plementos que cubren los espacios intermedios entre los arcos. Primero se levantan los arcos, creando una estructura esbelta, resistente y ligera, y posteriormente se rellenan los paños intermedios conformando las bóvedas, quedando enmarcadas transversalmente por los arcos perpiaños, también llamados arcos fajones, y longitudinalmente por los arcos formeros, paralelos al eje de la nave que delimitan los tramos de la bóveda.

En la inscripción dice:

Martín Vázquez de Sosa yaze en esta capilla. Mandóle fazer esta sepultura don Fernando de Arze, obispo de Canarias, su nieto.

Se trata, por tanto, del abuelo del Doncel, que, al igual que los demás hombres de la capilla que fueron militares apoya su cabeza sobre un ramo de laurel. Entre sus manos también hay una espada y, al igual que en la tumbar de los padres del Doncel, a sus pies hay un perrito, símbolo de fidelidad.

En el cartel pone:

Sancha Vazquez, muger de Martin Vazquez De Sosa, q(ue) ia recosumarido en esta capilla. Murió después de él por el mes de enero año del señor de mil cuatrocientos IIXVaños. Mandó fazer esta sepultura Don Fernando de Arce obispo de Canarias, su nieto.

Exactamente igual que, en el caso de la madre, tiene entre sus manos un rosario.

La tumba del hermano del “Doncel”, encargado de la construcción de la Capilla y arzobispo de Canarias, lleva una leyenda que dice:

Fernandus de Arce, prior oxomensis eclesiae demum episcopus canariesis regie maiestatis consiliarus obiit anno MDXXII

Traducido, se refiere a que el obispo de la diócesis de Canarias, Fernando de Arce, finalmente falleció el año 1522.

Con su vestimenta de arzobispo, se le representa durmiendo el sueño eterno, siendo el único de los hombres de la capilla cuya cabeza no reposa en hojas de laurel al no haber sido hombre de armas.

También está incluido dentro de una hornacina construida mediante un arco de medio punto con casetones de grutescos. En la parte superior, se representa la escena de la venida del Espíritu Santo en Pentescostés.

La posición económica de la familia permitió transformar la antigua capilla catedralicia de Santa Catalina, en Sigüenza, la cual había estado en el siglo xiv bajo el patronato de los infantes de La Cerda. En realidad, cuando Fernando de Arce fue promocionado a obispo, posibilitó que este espacio fuese el del recuerdo, la perduración y la oración por sus familiares.

Ubicó el sepulcro de los padres, además de los de sus abuelos Martín Vázquez de Sosa y Sancha Vázquez y el de sus hermanos. También eligió el propio prelado este espacio como lugar de su propio enterramiento.

Sepulcros donde se aprecia la evolución estética del arte funerario, desde el gótico florido de su hermano el Doncel, hasta el primer plateresco del propio obispo y presidente de la Chancillería.

Tras el oficio que había ejercido en la diócesis de Osma, fue promocionado como segundo obispo de Canarias, el 20 de mayo de 1513, aunque eso no supuso que pisase esta alejada diócesis. La presidencia de la Real Audiencia y Chancillería de Valladolid la ejerció en el último año de su vida, desde 1521. Había sustituido al frente de la misma a Diego Ramírez de Villaescusa, el prelado de Málaga y Cuenca que vivió los tiempos recios de la llegada del nuevo rey castellano, Carlos I, a una corona convulsa por el cambio político, pero también por las turbulencias políticas de las comunidades. Cuando los cardenales eligieron a Adriano de Utrecht, obispo de Tortosa, como sucesor de León X en 1521, Ramírez de Villaescusa, su antecesor, acompañó camino de la Ciudad Eterna al nuevo Pontífice, que no había asistido ni siquiera al cónclave.

Por último, nos fijamos en el retablo de la Capilla, barroco, del Siglo XVIII

Os dejo con un vídeo interesantísimo sobre el “Doncel”:

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