Ya hemos tratado al Doncel en anteriores entradas (1, 2, 3) pero la Capilla que lleva su nombre es un mausoleo familiar en el que están enterrados sus padres, su abuelo y su hermano Fernando, que es el que mandó construir esta Capilla.
Evidentemente, la joya es la tumba del Doncel que constituye una de las obras en las que se representa mejor la evolución de la Baja Edad Media al Renacimiento, aunque se clasifique como “gótico tardío”. Encima de la estatua de Don Martín Vázquez de Arce, hay una inscripción que dice:
En primer lugar, veamos el origen de la propia Universidad que puede iluminarnos sobre las características del que fue su edificio principal hasta el siglo XIX:
Edificado en 1533, tuvo que adecuar su planta a la disposición de las primitivas dependencias, por lo que desarrolló una singular planta pentagonal irregular, del que el lado menor es de dos arcos, mientras que los otros alcanzan seis o siete arcos.
Esta puerta debe su nombre a que un reo se asiló en la Catedral atravesando esta puerta y fue perdonado.
Consta de dos cuerpos: el inferior proyectado por el arquitectó Siloé y el superior a Ambrosio de Vico. Su diseño se inspira en los arcos del triunfo romanos, lo cual se consideraba un motivo apropiado para un edificio vinculado al emperador Carlos V. Sobre las enjutas del arco inferior aparecen las alegorías de la Fe y la Justicia flanqueando un tarjetón en el que ambas figuras explican que dieron estas tierras a los Reyes Católicos porque obraron con fe y justicia.
Es un conjunto estético en perfecta unión y armonía entre escultura y arquitectura, está en transición entre el goticismo de finales del siglo XV y los comienzos del Renacimiento español en los albores del siglo XVI. En el trazado aparecen cuatro cuerpos, su ornamentación plateresca está graduada y subordinada a los planos del muro.
Consta de columnas pareadas y exentas sobre pedestales, con dos cuerpos de nichos en los intercolumnios a ambos lados del arco de medio punto.
El edificio más emblemático de la Universidad es el conocido como Escuelas Mayores, que se comenzó a construir en 1411. La fachada, su elemento más conocido, está dividida en tres cuerpos. El primero contiene el medallón de los Reyes Católicos que empuñan el mismo cetro, y sobre sus cabezas el yugo de Fernando y las flechas de Isabel. El segundo cuerpo contiene en el centro el escudo de Carlos V, rematado con un globo y una cruz sobre una espectacular corona; a la derecha el águila de San Juan y de los Reyes Católicos, a la izquierda el águila bicéfala del Imperio. En el tercer cuerpo hay una capillita que se dice está dedicada al Papa Benedicto XIII exhortando a los clérigos (no es muy probable, y muy poco correcto, que en el siglo XVI todavía se glorificara al cismático papa Luna; lo más seguro es que se trate de Martín V, que confirmó las mercedes que, a la Universidad, había concedido el antipapa Luna). Su construcción fue realizada entre circa 1512 y 1533 y su autor —o al menos el principal—, según un estudio publicado por la profesora Alicia M. Canto en 2014, fue Juan de Talavera. Habría sido financiada por la reina Juana I de Castilla, que aparecería representada en el segundo cuerpo, afrontada a su hijo Carlos I de España.
La fachada está compuesta por la portada de la iglesia y el pórtico de acceso al convento que forma ángulo recto con ella.
La portada de la iglesia es uno de los más bellos ejemplos de plateresco. Está concebida como portada-retablo formando un arco de triunfo bajo cuya bóveda de medio cañón se despliega la abundante decoración característica del estilo. En su centro se representa el martirio de San Esteban y por encima un Calvario, relieves ambos ejecutados por Juan Antonio Ceroni a comienzos del siglo XVII.
El pórtico, compuesto por arcos de medio punto, está inspirado en las logias renacentistas italianas, contrastando su escueta ornamentación con la exuberancia decorativa de la fachada de la iglesia. Fue realizado por Juan Ribero de Rada entre 1590 y 1592, pero los medallones de las enjutas son obra del escultorMartín Rodríguez.
La Portada Sur de la Iglesia de Santiago de los Caballeros, en Medina de Rioseco, es un ejemplo del arte renacencista de mediados del siglo XVI, remontándose a un período constructivo posterior al de la portada norte pero anterior al de la fachada principal. Se trata de una portada-tapiz construida por Rodrigo Gil de Hontañón en 1547 en la transición estilística del plateresco al purismo.
La portada de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, situada en la población pedánea de Calabazas de Fuentidueña, Segovia, data del siglo XVI. En una de sus portadas se hallan los escudos de Luna y de Mendoza, señores del lugar, según los estudiosos podría tratarse de la fachada del antiguo hospital de la Magdalena de Fuentidueña, donado por doña Mencía de Medoza, esposa de don Álvaro de Luna Manrique.
Se trata de una portada plateresca, es decir, la estructura es gótica pero la decoración cuenta con elementos renacentistas. La puerta con arco de medio punto enmarcado entre dos pilastras de orden jónico en el capitel, el fuste lleva una decoración de «a candelieri» (palabra italiana que describe un tipo de ornamentación que surge en Italia en el renacimiento, consiste en hojas de acanto,cintas, ovas, zarcillos, roleos de curva y contracurva que se aplica sutilmente).
La decoración en las enjutas(es la superficie delimitada por el extradós de un arco y el alfiz o arquitrabe que lo enmarca) son los escudos de armas de los Luna y Mendoza pero a la forma denominada «piel de toro». El remate de la portada es un arquitrabe con decoración de hojas de acanto, una forma sencilla y sutil, muestra de las novedades renacentistas que se van introduciendo en la Península Ibérica durante el siglo XVI.